Los Riesgos Laborales en el Campo Bravo

Los Riesgos Laborales en el Campo Bravo

Primeras impresiones del campo bravo

Cuando acudimos al campo bravo, a la naturaleza, a la base de la vida del toro bravo, las opiniones más habituales y lo que se piensa al principio es sobre la belleza del entorno, la calidad de vida de los animales, el ecosistema que defiende este bello animal, y es cierto, todos estos aspectos son objetivos y nada difieren de la realidad.

Pero cuando seguimos avanzando en nuestra experiencia, y observamos el trabajo diario de ganaderos, mayorales y vaqueros, sin duda, las personas que tienen poco contacto con la naturaleza de forma regular, o los que la tienen pero en otros ámbitos, seguirán pensando en la calidad de vida de las personas que trabajan en el campo, de lo maravillosa que es su vida, de la suerte que tienen al respirar oxígeno puro los 365 días del año, de lo bonito y atractivo que es trabajar cuidando de los animales y del entorno natural …

turismo taurino - naturaleza del toro bravo

Y ya “metidos en faena”, cuando empezamos a tomar conciencia de las laborares habituales, observando a escasos metros cómo se acrotala un becerro recién nacido, cómo se cura a una vaca, cómo se apartan unos novillos, cómo se preparan las vacas para el saneamiento, cómo se ejercitan a los toros de 4 años, etc., es entonces cuando nos empezamos a dar cuenta de lo bonito…pero peligroso del asunto.

Los riesgos de trabajar en una ganadería de toros bravos

Trabajar en una ganadería de toros bravos conlleva unos pros y unos contras, como en todos los trabajos, pero en este caso, una de las variables a tener muy presente no son las dimensiones de una silla o una pantalla de ordenador en el caso de un trabajo administrativo; ni un tipo de casco o unas botas especiales en el caso de un trabajo de construcción; ni las horas de conducción al volante de un camión…en este caso, la variable principal, objeto de todos los esfuerzos y base del trabajo, es la cría de un animal, y que además posee un componente genético único e inigualable: la bravura.

trabajar entre toros bravos

Este detalle, por insignificante que parezca a los poco instruidos en la materia, es lo más importante de todo, ya que complica muchísimo trabajar con esta raza, además de no poder temporalizar las tareas, ni llevar un protocolo muy estricto de actuación, ya que son animales, irracionales y, además, bravos.

Las tareas en una ganadería de toros bravos

Por llevar un orden cronológico desde que el animal nace, e ir analizando ciertos riesgos, el mayoral fundamentalmente, que es el máximo responsable del trabajo en el campo, tiene que ir realizando las siguientes tareas, que explicaremos de forma muy precisa.

La vaca ha parido por la noche (es lo habitual), y ahora hay que encontrar a la cría (becerrito/a) para cumplir con la normativa de identificación. Todo esto que no deja de ser una tarea entrañable vista desde fuera, pero supone el primer peligro importante para el mayoral, ya que hay que burlar a la madre (una vaca con 3 años es “novata” y es más sencillo, pero con 10 años ya es otra cosa…), coger por unos minutos a la cría, identificar si es hembra o macho, y ponerle los crotales, que son las señales de identificación que obliga la legislación a nivel de ganadería (como un pendiente con unos dígitos), y volver a dejarla con su madre. Pues bien, la madre defiende a su cría con todas sus fuerzas, y esta simple tarea puede suponer que la madre, para proteger a su hijo (es lógico), acometa de forma rápida contra el mayoral, y suponga una cogida en medio del campo, con los riegos que estos supone. Todo esto hay que realizarlo con una destreza importante, y siempre con cien ojos alrededor. Parece mentira, pero así es.

tareas en una ganaderia de toros bravos

Los medios de locomoción, para los trabajadores, en una ganadería de toros bravos son caminando, a caballo o en 4 x 4, y en ocasiones en remolque, aunque las tareas más sutiles se realizan a caballo, ya que es la forma más cercana de trabajar con el ganado, y con mayor accesibilidad a casi todas las zonas de una ganadería.

Pues bien, si montar a caballo, sin ningún otro elemento externo, ya supone un riesgo, hacerlo entre animales bravos, y sobre todo para realizar tareas de apartado de animales para diferentes objetivos, o más todavía, apartar o separar novillos o toros de 3-4 años para realizar curas, cambios de cercados, embarques, etc., puede resultar más que peligroso.

Los caballos son también animales, irracionales, y aunque estén amaestrados para estas tareas, no dejan de tener un porcentaje alto de imprevistos si tropiezan con algo, si se asustan por algún motivo, si ese día están más nerviosos, en definitiva, trabajar a caballo con toros, supone caídas de caballo y jinete con las consecuencias que pueda tener, pero imaginemos que además caes entre los toros…pues sí, eso ocurre, y es sin duda uno de los riegos que puede causar consecuencias fatales, ya que los toros, por su genética, acometen a caballo y jinete.

Se ha pensado en diferentes protecciones para los jinetes, pero realmente limitarían su trabajo, y harían inviable desarrollar ciertas tareas que conllevan rapidez, agilidad, y destreza, y con una protección quedarían mermadas muchas de esas opciones de actuación.

Y como último ejemplo, aunque hay cientos, no podemos olvidar que un toro o una vaca, o incluso un becerrito con pocos meses de vida, poseen una fuerza muy importante, y esto supone que cualquier cara a cara sea en inferioridad de condiciones físicas; por ejemplo, si un toro se escapa de un cercado y hay que reconducirlo a otro, esto conlleva riegos muy altos, ya que puede que el animal se haya escapado por muchos motivos y no quiera regresar, y entonces el mayoral y vaqueros, tendrán que intentar llevarlo poco a poco, pero claro, es un animal bravo, y en cualquier momento se puede arrancar y alcanzar a los trabajadores.

Prácticamente todos los mayorales, vaqueros o ganaderos, han tenido algún susto enorme, incluso algunos lesiones de máxima gravedad, o más al extremo, han perdido la vida trabajando con el ganado bravo.

El campo bravo es espectacular, pero hay que mirarlo con el máximo respeto y admiración.

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